La historia de esta vivienda comenzó 35 años atrás cuando los padres de la actual propietaria adquirieron el terreno para construir su ya desaparecida casa. La hija de la familia recuerda los árboles del jardín como un elemento de juego y diversión por lo que no se quería deshacer de ellos, puesto que para la construcción de la nueva casa era necesario talarlos.
Pero el arquitecto Hironoka Ogawa encontró la solución estética para mantenerlos, los convirtió en el tema principal para el diseño interior de la vivienda. Los árboles se utilizan integrados a modo de estructura en el salón, cocina y sala de estar. Fueron cortados y secados durante dos semanas y se ubican en el mismo lugar donde crecieron.
De este modo los árboles seguirán formando parte de la familia en la que nacieron y la propietaria dice que espera que sus descendientes también los utilicen de cualquier otro modo.