Siete años de duro trabajo y 45 millones de libras después, la Tate Britain ha renovado su cara de la mano del estudio de arquitectura Caruso St John. Fue en 2007 cuando se encargó a los arquitectos Adam Caruso y Peter St John la transformación del museo, que finalmente ha visto la luz este año.
La idea ha sido que el edificio se convierta en un aliciente más para atraer al visitante. La renovación ha sido rotunda aunque la esencia del edificio se ha mantenido intacta. Uno de los cambios más importantes ha sido la fachada principal con vistas al Támesis, que vuelve a ser la entrada principal al museo. Además la luz ha jugado un papel fundamental en todo el edifico y esto se puede apreciar en el luminoso recibidor, tras él se llega a la «gran rotonda» que gracias a la espectacular escalera de caracol son dos de los protagonistas de esta esperada transformación.
La escalinata es una de las novedades que se incluyen, ya que nos lleva al sótano que anteriormente estaba cerrado al público y que ahora alberga un restaurante y un bar. Los arquitectos han querido recuperar la esencia del edificio, dejar entrar la luz, eliminar obstáculos y barreras que habían perdido su sentido. De este modo se ha mejorado la circulación en la galería y las instalaciones para el visitante.