La cadena de parafarmacias canadiense Uniprix huye de los espacios cotidianos dedicados a estos comercios y en conjunción con el estudio creativo de Jean de Lessard, se desmarca y crea un nuevo concepto que mejora la imagen y la cercanía con los clientes. Como bien remarca el diseñador: «Queríamos un espacio en el que reflejar el lado más humano de la profesión, que se convirtiera en un lugar empático, sencillo y colectivo, sin pretensiones, permitiendo a los farmacéuticos ser más accesibles y cercanos a los clientes y pacientes».
El diseño del espacio se basa en algunos principios del feng shui para generar una buena organización y circulación a través de los múltiples espacios. El laboratorio es el centro neurálgico del local y sobre el que se distribuyen el resto de espacios. La ubicación de los muebles está lejos de ser casual, los muebles más altos se sitúan por las zonas más periféricas, mientras que los bajos en el pasillo central, ofreciendo así una vista general del ambiente. Detrás de la aparente simplicidad de forma, el mobiliario personalizado ha estado sujeto a una intensa investigación, los tonos pastel crean un perfecto equilibrio con las zonas más frías del espacio.
En la primera planta se ubica la clínica Alexandre también propiedad del farmacéutico, Jean de Lessard también ha sido el encargado de diseñar y dar vida a este espacio con el mismo espíritu de claridad y simplicidad. Las paredes redondeadas crean una sensación de movimiento y la madera aporta estructura, calidez y brillo, en contraste con el vídrio empleado en las paredes de las diferentes clínicas.