Henrique Oliveira ha creado recientemente una de sus últimas instalaciones, a la que ha llamado Baitogogo, un gigantesco nudo gordiano que representa una rejilla arquitectónica de columnas y vigas que parecen transformarse en un caótico entramado de ramas y raíces. En esta ocasión la presenta en el Palais de Tokyo de París, lugar que ha quedado convertido en un espacio de arquitectura antropomorfa. Este artista es conocido por sus diseños y transformaciones de espacios comunes en lugares orgánicos, ya sean interiores o exteriores.
La escultura da la impresión de que las vigas estructurales que tienen las salas de la galería han vuelto a la vida, girando sobre sí mismas y amenazando con apoderarse del espacio de la sala. Juega con las características existentes y la estructuración del espacio, prolongando y multiplicando el número de pilares con el fin de dotarlos de un aspecto vegetal y una dimensión ecológica.
La instalación se podrá visitar hasta el 9 de septiembre de 2013.